María Pía Timón Tiemblo, fue coordinadora del Plan Nacional de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y del Plan Nacional de Arquitectura Tradicional, y ha sido galardonada con el premio nacional de restauración y conservación.
Como el premio se debe a su labor para el desarrollo del patrimonio cultural inmaterial, me parece oportuno destacar alguna idea suya al respecto. Sobre todo la necesidad de destacar que patrimonio material e inmaterial vayan de la mano.
Al desarrollar nuevos modos de proteger el Patrimonio Inmaterial, este proceso puede mejorar las prácticas actuales de gestión del Patrimonio Material. Si bien es verdad que todo Patrimonio Material tiene asociado un valor intangible, no todo Patrimonio inmaterial tiene una forma material.
Es importante un desarrollo conceptual del Patrimonio Intangible, no debe conllevar una separación de las políticas de protección del Patrimonio, dependiendo de su categoría, algo propio del desarrollo histórico de las convenciones UNESCO, que no debería trasladarse a las legislaciones de cada país.
Puede suceder que haya un conflicto entre la protección del Patrimonio Inmaterial y el soporte material. Timón Tiemblo pone el ejemplo de “la práctica ritual, de carácter propiciatorio y de rogativa, que consistía en prender papel moneda con alfileres en los mantos de determinadas Vírgenes durante algunas procesiones y que desapareció ante la necesidad impuesta de conservar el manto. (…). En otras ocasiones no es el elemento material y su conservación lo que impide la manifestación inmaterial, sino que es la pérdida de alguna otra práctica o actividad que resulta imprescindible para ello”.
Esta autora alude, en la línea de Gianinni, a una necesaria remisión a disciplinas extra-jurídicas. “La respuesta necesitaría la apertura de un debate, fundamentalmente de carácter antropológico, en el que se discutan los distintos valores y posibilidades. La primera premisa habría de ser el peso de la propia sociedad protagonista y de su voluntad de pervivencia, ante lo que las administraciones tendrían que adoptar medidas de apoyo como incentivar la enseñanza de tales tradiciones en las escuelas o bien la continuidad de determinadas artesanías. El debate se plantearía en este caso, en torno a la conveniencia o no de intervenir de una forma tan activa, lo que podría modificar en gran medida el desarrollo natural de las manifestaciones culturales. Este es un problema que aún no ha sido solucionado y, en muchos casos, ni siquiera planteado. ¿Qué hubiera ocurrido en el pueblo de Anguiano en el que tradicionalmente se ejecuta una danza de zancos que transcurren necesariamente por un pavimento empedrado, sino se hubiera tenido esto en cuenta y se hubieran asfaltado todas las calles?”. (TIMÓN TIEMBLO, M.P. “Frente al espejo: lo material del Patrimonio Inmaterial”. En El Patrimonio Inmaterial a debate. Revista de Patrimonio Cultural de España. IPCE. Madrid, 2009.