Como ya sucediera hace décadas con las esculturas de Brancusi en el puerto de Nueva York, una pugna tributaria se ha saldado con la afirmación por parte de la Comisión Europea de que obras de Bill Viola y Dan Flavin no son consideradas "arte".
El asunto parte de 2006 cuando la galería británica Haunch of Venison importa seis instalaciones de vídeo desmontadas de Bill Viola procedentes de Estados Unidos y una escultura de luz de Flavin. Declaró la importación como obras de arte, por lo que, en arreglo a la legislación tributaria, sólo tendría que pagar un 5% de IVA. Pero las autoridades aduaneras rechazaron esta clasificación y cargaron unas tasas de 36.000 libras. En 2008 un tribunal dio la razón a la galería, pero ahora la Comisión Europea ha anulado esa decisión.
Por lo tanto, las galerías y casas de subastas británicas deberán pagar el IVA de 20% sobre las obras de vídeo y esculturas de luz cuando sean importadas desde fuera de la Unión Europea.
La resolución dice que la obra de Flavin "tiene las características de los aparatos de iluminación... y por lo tanto debería ser clasificada... como aparatos de iluminación de la pared". De los vídeos de Viola dice que no pueden ser clasificadas como una escultura "ya que no es la propia instalación la que constituye una obra de arte, sino el resultado de las operaciones (el efecto de luz) llevadas a cabo por ella".
El abogado de la galería ha afirmado que "sugerir por ejemplo que una obra de Dan Flavin es una obra de arte sólo cuando está encendida, es cómico".
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