Muchas veces se ha hablado de la influencia del Derecho sobre la realidad, o la capacidad de este de transformarla. Pero la noticia que leíamos el pasado enero, sobrepasa este lugar común.
Resulta que el museo etnográfico de Liste, en Vigo, albergaba una interesante colección del patrimonio etnográfico de la zona. Muestras de los objetos asociados con la vida cotidiana de la zona.
Pero el museo arrastraba una importante deuda de 96.000 €, que estaba pendiente de la aprobación de los presupuestos del ayuntamiento que iban a paliar esa cantidad.
La fatalidad quiso que el funcionario encargado de trasncribir las cantidades para su aprobación olvidara un 9, pero no cualquier 9, sino el 9 de 96.ooo, por lo que los 96.000 se quedaron en 6.000 y el museo, tiene ahora que cerrar.
Su directora técnica afirma que "Todo esto es surrealista, el pasado fin de semana han venido vecinos de la zona que nunca habían pisado el museo. Nos faltó promoción, pero nadie puede decir nada malo de nosotros".
Resulta que el museo etnográfico de Liste, en Vigo, albergaba una interesante colección del patrimonio etnográfico de la zona. Muestras de los objetos asociados con la vida cotidiana de la zona.
Pero el museo arrastraba una importante deuda de 96.000 €, que estaba pendiente de la aprobación de los presupuestos del ayuntamiento que iban a paliar esa cantidad.
La fatalidad quiso que el funcionario encargado de trasncribir las cantidades para su aprobación olvidara un 9, pero no cualquier 9, sino el 9 de 96.ooo, por lo que los 96.000 se quedaron en 6.000 y el museo, tiene ahora que cerrar.
Su directora técnica afirma que "Todo esto es surrealista, el pasado fin de semana han venido vecinos de la zona que nunca habían pisado el museo. Nos faltó promoción, pero nadie puede decir nada malo de nosotros".
Es verdad que no hay nada como un buen escándalo en prensa para la promoción, pero el quid de la cuestión nos recuerda que a veces el Derecho tiene resortes implacables.
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