Jonah Lehrer, periodista de The New Yorker, llevaba vendidos más de 200.000 ejemplares de Imagine, un libro en el que reflexiona sobre cómo funciona la creatividad y pone como ejemplo a Bob Dylan.
El libro así contado tiene muy buena pinta, pero resulta que se ha destapado que Lehrer se inventó o manipuló varias citas que atribuia a Bob Dylan.
La editorial ha retirado la edición y el autor creo que va por el quinto artículo pidiendo perdón por haberse inventado un par de citas.
Pero la cuestión es muy interesante. Y creo que habría que profundizar en el mismo tema que trata el libro, y que sería una buena continuación el hecho de haberse inventado unas citas, que no deja de ser un interesante proceso creativo.
Por otro lado el caso tiene gracia en un mundo donde lo común es plagiar o no reconocer la paternidad de la obra.
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