miércoles, 27 de julio de 2011

¿De quién son los trajes de Stars Wars?

Un tribunal británico ha decidido que el diseñador de los trajes Stars Wars puede seguir vendiendo réplicas de los mismos.

El caso es que Ainsworth trabajó para Lucas en el diseñor del vestuario de Stars Wars. Desde hace ocho años vende réplicas utilizando los moldes que fabricó para la película.

A George Lucas no le hizo mucha gracia. Piensa que la propiedad intelectual de esos diseños son suyos, en cuanto productor de la película y por tanto, según la legislación de EE.UU., titular de los derechos de explotación de la película.

El tribunal dice que no son obras originales y da la razón a Ainsworth, que a pesar de todo no podrá vender los trajes en EE.UU. Decisión que en mi opinión no se ajusta a Derecho y tiene más pinta de acuerdo que de otra cosa.

No estoy de acuerdo en que no sean obras originales los diseños. Deben serlo.

Claro, pero de haber el tribunal aceptado que sean obras originales, habría reconocido los derechos de explotación de Ainsworth, que acto seguido habría cargado contra Lucas por las veces que ha reproducido y dsitribuido sus diseños (yo mismo tenía los muñecos de los soldados imperiales y creo recordar que todos tenían grabado en la suela eso de Lucasfilms ltd).

Por otro lado no conozco el contrato que unía a Ainsworth con Lucas, pero imagino que tendría que haber una cesión de derechos sobe los diseños. Lucas no es tonto, ni lo era en el 77.

No cabría pensar que el diseñador hizo su trabajo, pero no cedió los derechos de reproducción, distribución ni comunicación pública, o de lo contrario cada vez que salieran los soldados dichosos habría que pixelar la pantalla.

Músicos de SGAE por una redefinición de los derechos de autor

Algunos miembros de SGAE, entre los que se encuentran conocidos músicos como Santiago Auserón, Maite Martín, Inma Serrano o Teo Carralda, han publicado un manifiesto a raíz de los últimos hechos acaecidos en la entidad de gestión.


Afirman que la SGAE tiene comprometida su independencia respecto del Ministerio y las Discográficas, y que destina fondos a usos distintos de sus fines fundacionales.


Dicen que sólo ofrecen recomendaciones, pero entre ellas proponen redefinir los derechos de autor.


No tengo más información porque por más que busco el dichoso manifiesto no lo encuentro, aunque me temo que no diga mucho más ni concrete nada.


La propuesta así formulada no es mala, pero precisa un poco más de desarrollo y concreción, claro.

miércoles, 20 de julio de 2011

¡Oh no! Encalan un grafitti de Banksy

No nos adelantemos a juzgar el hecho como una lesión a la obra o a los derechos morales antes de conocer todos los detalles.

En la ciudad de Bristol, la fachada que pertenece desde hace poco a un centro culural musulmán llevaba ya diez años decorada con un grafitti de Banksy. La obra era un gorila con un antifaz rosa.

Los responsables del inmueble decidieron limpiar la fachada, cosa lógica a todas luces, y encalaron los grafittis que había (el del artista no era el único, sino que compartía el lugar con otros grafiteros anónimos).

El análisis de la cuestión habría que comenzarlo desde la propia obra. Es un grafitti, y como tal creo que debe tenerse en cuenta las características de este tipo de expresiones, pues están adheridas a un soporte cuya propiedad es ajena. Además, por regla general, no tienen la autorización del propietario del soporte.

Este caso habría que claramente diferenciar la propiedad del soporte de la propiedad intelectual de la obra. Un ejemplo precioso, por cierto. Y también cabría comentar que si el origen de la obra es ilegal, esta pierde o no los derechos de autor.

Los grafittis se limpian de las fachadas, y es algo con lo que cuentan los grafitteros, porque en su misma esencia está el hecho de pintar con cierta "ilegalidad" y eso le da emoción al asunto. Banksy juega con eso. Él mismo oculta su rostro y el aporte de clandestinidad le da cierto aura a su obra. Luego debería contar como los demás grafitteros, con soportar la eliminación de su obra.