miércoles, 22 de mayo de 2013

La coralidad del mosaico: Una propuesta de trabajo para un arte como espacio de encuentro (IV)


Una forma de creación subjetivista

Rupnik apunta también la gran dosis de subjetivismo del arte contemporáneo, convertido cada vez más en una afirmación  del sujeto, del arte individual. Proceso que ha coincidido con el predominio del concepto. Cuando se ha establecido que al conocimiento sólo se llega por el camino del concepto, del razonamiento lógico y del método científico, “que la verdad es accesible a la idea, al pensamiento, al concepto, que es la mejor expresión de la verdad, el arte entra por una vía sin salida. Con Hegel las cosas se complican aún más, cuando dice que el arte es la satisfacción de los sentimientos estéticos del sujeto, porque para un método objetivo el sentimiento es un estorbo. Si en una tesis doctoral el autor escribe «siento que» o «mi mamá siente que» está claro que no elaborará ninguna tesis. El sentimiento aparece como un impedimento para el conocimiento, no forma parte de la metodología objetiva, de manera que el arte se convierte cada vez más en decoración de ambientes subjetivos para la propia satisfacción estética, pero que no dice nada sobre la verdad y no implica ningún cambio real del mundo”[1].

Se trata de una especie de dictadura del concepto, que humilla lo verdaderamente humano. “Lo más íntimo del hombre son las relaciones interpersonales, relaciones que no se establecen ni con la ciencia no con la razón. Entonces, poco a poco, todo lo que era más profundo del hombre, que tenía una expresión natural en el símbolo, en la metáfora, en la relación interpersonal como el espacio privilegiado del amor, todo queda excluido”[2].



[1] RUPNIK, M.I. Implicaciones teológicas del mosaico, en Dios es amor. San Dámaso, Madrid 2008. Pág. 62
[2] Op Cit. RODRÍGUEZ VELASCO M. y VELASCO QUINTANA, P. Pág. 123.

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